Elevar una oración a ciertas horas, varias veces al día, es una tradición de origen judío: los Salmos se rezaban a lo largo del día. Jesucristo, ya en la Cruz, elevó la oración del Salmo 22: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”
De esta manera, en los inicios del cristianismo, según los Hechos de los Apóstoles, se realizaban tres oraciones, a las 9 de la mañana, al mediodía y a las 3 de la tarde. Luego, San Benito de Nursia instó a rezar los 150 Salmos cada semana en la Regla.
El Concilio Vaticano II, en 1963, estableció la Liturgia de las Horas y, así, limitó el tiempo de oración diaria, al repartir los 150 Salmos en un mes, en lugar de una semana.
Antes de irse a dormir, elevar una oración puede ser una excelente manera de inducir al sueño y también de obtener prosperidad.
Cuál es una oración de la noche para tener prosperidad y abundancia
De acuerdo con el sitio especializado Hallow, “formalmente, la oración de la noche se llama Completas, que proviene del verbo latino completar, que significa "llenar". Basándose en su etimología formal, Completas permite llenar el recipiente con oración antes de dormir”.
La oración de la noche sigue una secuencia de siete días, una por cada día de la semana, con una estructura consistente; los Salmos y otros pasajes de las Escrituras cambian a lo largo del ciclo. Siempre es la última oración del día, rezada justo antes de dormir.
Según el sitio, esta oración permite “descansar en paz con el Señor, invocar a Dios y aliviar tus cargas, porque este tiempo de oración puede ayudarte a aliviar cualquier preocupación que tengas en tu corazón y mente antes de dormir, ya sea que estés pensando en el hoy, o en el mañana. Este acto de oración te recuerda que hoy fue un regalo de Dios y el mañana también lo será”.

Algunas de las sencillas oraciones para antes de dormir son los siguientes:
- Protégenos, Señor, mientras permanecemos despiertos; vela por nosotros mientras dormimos, para que despiertos, podamos velar con Cristo, y dormidos, descansemos en su paz.
- Ángel de Dios, mi querido guardián, a quien el amor de Dios me confía, acompáñame siempre esta noche para iluminarme, protegerme, gobernarme y guiarme. Líbrame de la mancha del pecado, y en la hora de la muerte, sé mi ayudador. Amén.
- Padre, al acostarme esta noche, lléname con la calidez de tu amor. En tu misericordia, alivia mi dolor, ya sea en mi cuerpo, mente o alma. Concédeme una noche de sueño reparador para que, al despertar, tenga la fuerza para hacer tu voluntad. Amén.
- Dios de amor y misericordia, libérame de las cadenas del pecado al concluir mi día. Ayúdame a ser un poco mejor mañana y un poco mejor al día siguiente. Más amoroso. Más generoso. Menos crítico. Menos egocéntrico. Te pido que me concedas una noche de descanso tranquilo para que mañana, con pequeñas cosas que otros tal vez ni siquiera noten, ayude a construir tu reino aquí en la tierra.

Dejamos para el final una oración muy querida por el Papa Francisco.
Durante una audiencia realizada en 2016, el Papa Francisco reveló la sencilla oración nocturna que ofrecía a Dios cada noche:
- “¡Señor, si quieres, puedes limpiarme!”.
Recordado con tanto amor en estos días, el Papa Francisco contó entonces que, además de esta sencilla oración, también rezaba todas las noche 5 veces el Padrenuestro. Una por cada llaga de Jesucristo.
Newsletter Clarín
Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de la mano de nuestros periodistas especializados
QUIERO RECIBIRLO