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      Cómo orar por alguien que acaba de dar a luz

      • Desde muchas parroquias del mundo San Ramón Nonato recibe pedidos por los bebés.
      • En Buenos Aires, el santuario está en Villa Luro. Y una oración es ideal para las flamantes mamás.

      Cómo orar por alguien que acaba de dar a luz
Cómo orar por alguien que acaba de dar a luz./ Foto: Shutterstock.
      Redacción Clarín

      San Ramón Nonato (1200-1240) es un santo de origen español conocido como non natus (no nacido) porque su madre murió en el parto durante una rústica cesárea. Es el patrono de parturientas y parteras.

      Ya en la orden de los mercedarios, sucedió al fundador, San Pedro Nolasco, como “redentor de cautivos” en África. A su regreso en España, fue creado cardenal por Gregorio IX. Murió a poco de salir de Barcelona hacia Roma.

      Debido a sus orígenes, cada 31 de octubre, muchas embarazadas concurren a la parroquia que lo recuerda en Villa Luro, Buenos Aires, para pedir protección en el parto.

      Claro que las madres que acaban de dar a luz también merecen la protección de Dios.

      El Santuario de San Ramón Nonato está en Cervantes 1150, en Villa Luro. Embarazadas y con recién nacidos le piden al santo su protección.El Santuario de San Ramón Nonato está en Cervantes 1150, en Villa Luro. Embarazadas y con recién nacidos le piden al santo su protección.

      Cómo orar por alguien que acaba de dar a luz

      En el sitio de contenido cristiano para niños Minno, Jessica Wolstenholm, ofrece la siguiente oración para la flamante mamá:

      Imagen de San Ramón Nonato en la iglesia de Villa Luro. Patrono de las embarazadas y las parturientas.Imagen de San Ramón Nonato en la iglesia de Villa Luro. Patrono de las embarazadas y las parturientas.

      Querido Padre,

      Sé que ves a tu ser querido, a la que acaba de traer una nueva vida al mundo. Sé que la ves: cansada, agotada, llena de alegría y de un amor como nunca había conocido. Rezo para que sepa que el mismo amor profundo que siente por su bebé es solo un pequeño atisbo de tu amor eterno por ella.

      Regálale una visión de ti regocijándote profundamente y cantándole mientras ella hace lo mismo con su dulce bebé recién nacido.

      Padre, te ruego que se apoye en tu fuerza para ayudarla a superar las largas noches y días, divididas en periodos de tres horas de alimentación. Dale la resistencia, el aguante y la tenacidad necesarias para anteponer las necesidades de su bebé a las suyas, incluso mientras se esfuerza por superar la falta de sueño (¡y de ducha!). Y ayúdala a no ser demasiado orgullosa para itir que necesita ayuda ya pedirla y aceptarla.


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      Padre Dios, ayúdala a saber que estás presente en todos sus momentos, sin importar lo mundanos o repetitivos que sean, que ves hasta el cambio de pañal número diez mil y la cuadragésima séptima carga de ropa. Ayúdala a reconocer que puedes invitarte —al glorioso— a la mundanidad del cuidado infantil con una oración, una canción, un pensamiento con propósito. Ayúdala a saber que estás cerca y que la ves.

      Te ruego que le concedas sabiduría mientras enfrenta cada día el reto de tomar las mejores decisiones para su pequeño. Ayúdala a no desanimarse ante la cantidad de consejos y sugerencias útiles, y dale discernimiento mientras intenta analizarlos a fondo para encontrar las joyas que pueda usar. Ayúdala a no desanimarse en las citas médicas y a comprender que a veces los médicos dicen demasiado y a veces no lo suficiente, y que necesita confiar en su instinto cuando se trata de su bebé.

      Protégela de la autocrítica, pues el enemigo se aprovecha de su mente y cuerpo privado de sueño. Dale confianza en su capacidad para ser la mejor persona para cuidar a su bebé, porque es a quien elige para esa tarea tan especial. No dejes que se castigue si su bebé no sigue un horario o no come tan bien como los bebés de sus amigas. Anímala a saber que está haciendo lo mejor que puede y que eso es suficiente. Ayúdala a no comparar su primer capítulo con el sexto de otra.

      Padre, por favor, dale tus ojos para que contemple su belleza en estos días posparto. Ayúdala a ver que su cuerpo lleva las marcas de quien creó y dio vida, y ese es un privilegio tan hermoso. Ayúdala a alabar el hecho de que fue creado de manera irable y maravillosa, y eso incluye la capacidad de su cuerpo para generar vida y los cambios físicos que se producen gracias a esa experiencia. Ayúdala a saber que es querida, atesorada y hermosa a tus ojos.

      Y Padre Celestial, sobre todo, dale a esta dulce mujer un corazón que sepa que, pase lo que pase con ella y su bebé, ambos están en tus manos. Ayúdala a descansar en tu soberanía y en tu plan para sus vidas. Ayúdala a conocer la esperanza de una eternidad perfecta contigo, donde habrá descanso y paz, y jamás una lágrima. Dale esperanza en esa bendita seguridad al afrontar esta vida, con todas sus alegrías y sus tristezas, y dale una paz que sobrepasa todo entendimiento.

      Gracias, Padre. Y es en el precioso nombre de tu hijo, Jesús, que te pido estas cosa. Amén.