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      Soja sin rumbo claro: señales confusas de demanda y tensiones con China condicionan al mercado

      • Pronósticos climáticos benignos en Estados Unidos, señales contradictorias de la demanda internacional y una creciente tensión geopolítica con China, entre otros aspectos que impactan en la oleaginosa.

      Soja sin rumbo claro: señales confusas de demanda y tensiones con China condicionan al mercadoSudamérica continúa posicionándose como el principal proveedor mundial de soja.

      El mercado de soja continúa operando sin una tendencia definida, atrapado entre pronósticos climáticos benignos en Estados Unidos, señales contradictorias de la demanda internacional y una creciente tensión geopolítica con China. La atención de los operadores se concentra en los informes semanales de exportaciones y en las condiciones climáticas en las zonas productoras de EE.UU., mientras la inestabilidad política en EE.UU. agrega una dosis extra de incertidumbre a un mercado ya volátil y sensible.

      La relación comercial entre Estados Unidos y China volvió a tensionarse tras el fallo de la Corte de Comercio Internacional que declaró ilegales los aranceles impuestos durante la istración Trump. Aunque el impacto inmediato en los precios de los granos fue limitado, la noticia reavivó temores sobre un posible deterioro en las relaciones bilaterales. La Casa Blanca anunció que apelará la decisión judicial y mantiene la posibilidad de aplicar nuevas medidas similares, en un contexto en el que también se restringió el de estudiantes chinos y se impusieron trabas a empresas tecnológicas de ese país.

      En paralelo, Sudamérica continúa posicionándose como el principal proveedor mundial de soja. China representó el 76,4% de las exportaciones totales de soja de Brasil en lo que va de 2025, en línea con la tendencia de la última década. Otros compradores como España, Tailandia y Turquía mantuvieron participaciones mucho menores, cada uno con menos del 4% del total exportado.

      El trasfondo es claro: las existencias finales mundiales siguen siendo amplias, lo que mantiene a raya cualquier expectativa alcista sin una señal concreta de recuperación de la demanda. A corto plazo, el mercado parece más vulnerable a nuevas caídas que a subas, salvo que surja algún acuerdo sorpresivo en Washington vinculado a exportaciones, renovables o algún nuevo estímulo comercial.

      Las dudas persisten sobre si China realizará compras anticipadas de soja estadounidense durante la tregua comercial de 90 días, o si seguirá priorizando las importaciones desde Brasil. De no concretarse las compras, los inventarios finales en EE.UU. podrían crecer, ejerciendo presión bajista sobre los precios. A su vez, los analistas advierten que la continuidad de las tensiones comerciales podría redirigir parte de la demanda hacia Sudamérica, reforzando la competencia y limitando el potencial alcista en Chicago, aunque por ahora el mercado parece moverse dentro de un rango lateral con alta sensibilidad a cualquier novedad climática o geopolítica.

      La soja cerró la semana con una baja del -1,74 % en Chicago, arrastrada por una caída de casi el -5 % en el aceite de soja. La presión vino desde el frente político en EE.UU., con rumores sobre nuevas exenciones a refinerías que reducirían la demanda de biocombustibles. Además, el clima favorable en el Medio Oeste y la incertidumbre comercial con China continúan limitando el entusiasmo del mercado.

      A nivel internacional, India decidió reducir los aranceles sobre aceites vegetales crudos del 27,5 % al 16,5 %, excluyendo a los aceites refinados. Esta medida podría beneficiar a países exportadores como Argentina, Malasia e Indonesia, pero también genera presión bajista en los precios globales del aceite en el corto plazo, sumando otro factor de debilidad para el complejo sojero.

      Soja entre dos mundos: Brasil domina las ventas y EE.UU. sufre por clima y dudas sobre China

      El mercado global de soja se encuentra dividido entre el avance exportador de Brasil, que ya colocó el 60 % de su cosecha 2024/25, y el complejo panorama de Estados Unidos, donde la menor superficie sembrada, el clima adverso y la firme demanda interna reducen el potencial exportador. China, el mayor comprador mundial, sigue siendo el factor decisivo: aunque necesita grandes volúmenes, su preferencia por la soja brasileña, más competitiva y abundante, deja a EE.UU. con pocas ventas anticipadas y mayor exposición a los riesgos productivos.

      La prolongada presencia de Brasil en el mercado internacional ha cambiado la dinámica histórica, desplazando la necesidad de compras anticipadas a EE.UU. A esto se suma la incertidumbre derivada de la guerra comercial, que continúa afectando la relación agrícola entre Washington y Pekín. Si China mantiene su preferencia por Brasil, Chicago perdería fuerza tras la cosecha estadounidense; si en cambio recurre a EE.UU., los precios brasileños podrían ajustarse. El balance entre oferta y demanda global definirá el rumbo del mercado en los próximos meses.

      Biocombustibles bajo presión: cae el uso de aceite de soja pese a exportaciones firmes

      Aunque las exportaciones de productos agrícolas de EE.UU. se mantienen sólidas, el mercado de biocombustibles enfrenta crecientes desafíos. Actualmente, hay 169 solicitudes de exención pendientes bajo el programa RFS, muchas de ellas duplicadas tras fallos judiciales que obligaron a la EPA a revisar rechazos anteriores. La decisión sobre la nueva RVO se espera después del 10 de junio, pero dependerá del presupuesto federal, cuya falta podría limitar las obligaciones de mezcla y, por ende, reducir aún más la demanda de aceites vegetales.

      Mientras tanto, el uso de aceite de soja en la producción de biocombustibles continúa cayendo. En febrero de 2024, representó solo el 27% de la matriz de insumos, frente al 31% del mismo mes del año anterior y al 47% en febrero de 2023. Paralelamente, aumentó la participación de grasas animales y aceites alternativos como el de palma modificada, que pasaron del 49% al 54% entre enero y febrero. Estos datos confirman una tendencia estructural hacia la diversificación de materias primas y una menor dependencia del aceite de soja.

      Una encrucijada de demanda y expectativas

      La soja transita un escenario en el que la producción global parece estar bien abastecida, pero la incógnita gira en torno al comportamiento de la demanda, particularmente la de China. Con una reconfiguración en marcha del modelo productivo y de consumo del gigante asiático, y con importaciones más débiles de lo previsto, el mercado carece hoy de un motor claro de recuperación. Con stocks globales elevados y sin señales contundentes de reactivación comercial, el mercado de soja continúa vulnerable, atrapado entre la estabilidad de la oferta y la incertidumbre sobre su demanda futura.


      Sobre la firma

      Esteban Moscariello

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