El meme recorre las redes y es así: primero, la foto de un tejido o una receta de cocina o una artesanía. En todo caso, es un objeto precioso, apetecible, colorido, todo anhelo. La leyenda dice: "En Instagram". Luego, la foto de la copia casera. Desprolijo, malogrado, torcido, feo, pero feo de verdad. La leyenda dice: "Como me quedó a mí". Con esta premisa, la actriz australiana Celeste Barber está haciendo escuela.

"Las redes y la inteligencia artificial no son simplemente tecnologías neutras: están diseñadas para captar nuestra atención, no para garantizar la veracidad", dice en una entrevista en revista Ñ el filósofo Tomás Balmaceda, especialista en Filosofía de la Inteligencia Artificial. Y agrega: "Eso hace que lo que se difunde y se viraliza no sea necesariamente lo verdadero, sino lo más atractivo, lo más indignante o lo más emocional".
Y sin dudas, es atratactiva esa chica kilométrica que levanta la pierna hasta rozar con la nariz su rodilla. Y la modelo en bikini haciendo caritas en medio de la calle. Ellas son perfectas.
"Mi hermana me envió un montón de fotos de modelos, nutricionistas, gurús, sanadores, científicos que eran muy locas y no pude resistirme", explicó Celeste Barber cuando le preguntaron por sus publicaciones enraizadas con el hashtag #celestechallengeaccepted.
Sin photoshop, ni estilistas
Barber nació en Sidney, en 1982. Tiene 43 años, algunas curvas más que las top models que imita, una casa estandar de clase media y gran sentido del humor. Así, con esas fotos que le mandó la hermana empezó a publicar réplicas sin photoshop, ni estilistas, ni peluquería y maquillaje. Pura vida real.
El resultado es el del meme del inicio. Toma una campaña publicitaria de la marca Victoria Beckham en la que una bolsa gigante cubre el cuerpo de una modelo y ella se cubre también... solo que no genera el mismo efecto. Copia la pose sexy de la canadiense Gigi Gorgeous frente al mar, pero aunque hay mar y baranda y pose, lo sexy no resulta...

"No empecé con la idea de que fuera algo positivo para el cuerpo", dijo Celeste Barber a The Guardian. Pero sí, al tiempo que se transformaba en una reina del meme también construía una oposición a la vida mentirosamente perfecta de las redes. "Considero que mis mensajes son divertidos y entretienen, pero es una gratificación extra si además hacen que se sientan mejor con sus cuerpos", agregó.
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