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      Claudia Natenzon: “No hay ‘catástrofes naturales’, las causas y consecuencias desastrosas ocurren por la vulnerabilidad”

      De cómo se gestionan los riesgos y las políticas de prevención, lo que se considera “natural” casi como si fuese algo sorprendente e inevitable y lo que no se hace por desidia o especulación política. Un abordaje necesario desde la geografía humana y ambiental.

      Claudia Natenzon: “No hay ‘catástrofes naturales’, las causas y consecuencias desastrosas ocurren por la vulnerabilidad” Imprevisión. “Preocupa que se piense que la inundación de Bahía Blanca fue algo anormal”, dice Natenzon. Foto: Luciano Thieberger

      Prevención, riesgo, emergencia, catástrofe, planificación, ordenamiento territorial, todas palabras que parecen atropellarse en la conversación pública cada vez que sucede un nuevo evento climático extremo de consecuencias brutales. El léxico del desastre y las coberturas 24 horas pasan rápido, mucho más que lo tardan en volver a la normalidad, si es que lo logran, las ciudades y las poblaciones afectadas.

      De cómo se gestionan los riesgos y las políticas de prevención, lo que se considera “natural” casi como si fuese algo sorprendente e inevitable y lo que no se hace por desidia o especulación política, conversamos con Claudia Natenzon, geógrafa argentina de larga trayectoria egresada de la Universidad de Buenos Aires, que es una referencia en la materia tanto en nuestro país como en el extranjero.

      - Usted explica que los eventos extremos nos pueden agarrar “a pie, a caballo o en helicóptero”, como metáfora del nivel de preparación y acción en la emergencia.

      - Sí, tiene que ver con el grado de trabajo en la prevención y la preparación para la emergencia tanto de los gobiernos como de la sociedad. El problema es que, justamente, la mayoría casi nunca viaja en helicóptero.

      - Son cada vez más frecuentes los episodios climáticos muy intensos, pero da la sensación que casi siempre nos agarran “por primera vez”, como si fuesen hechos poco frecuentes.

      - No, de ninguna manera. Yo lo que planteo es que en realidad lo que parece que es extraordinario “cayeron 400 milímetros en poco tiempo, no hay forma de prevenir”, no es así. Si lo vemos como un proceso y no como una foto, si lo vemos en el tiempo, es el resultado lógico de las cosas que antes se hicieron, o no se hicieron.

      - ¿Son las consecuencias de la poca o nula planificación sobre el territorio por parte de los gobiernos?

      - Es como el dicho, “el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones”. Muchas veces prima la lógica del “yo puse este barrio en este lugar para darle vivienda a la gente”. Claro, lo puso en un periodo de sequía, donde parecía que estaba todo bien. Vuelve el ciclo y de repente el agua regresa y vos no tenías nada previsto.

      - Suena a lo que pasó poco tiempo atrás en Bahía Blanca y en el norte en de la provincia de Buenos Aires...

      - Me preocupa que se piense que la gran inundación de Bahía Blanca fue algo anormal porque cayeron efectivamente 400 milímetros, ¿nunca cayeron 400 milímetros? Sí, hace 70 años, en zonas antes despobladas y hoy llenas de barrios. Se sabía que podía pasar.

      - ¿Qué se puede hacer en los casos donde ya se construyó sobre zonas inundables?

      - Consultar con expertos en ordenamiento territorial que conozcan las actuales tendencias en remediación y aplicar sus propuestas discutiéndolas con la población de esas urbanizaciones. Después hay algunas cuestiones prácticas muy básicas, como hacer el barrio sobre pilotes, por ejemplo; si es un lugar donde el agua llegó en algún momento a los 60 centímetros, hacer el sistema eléctrico a un metro de altura y no a ras del suelo. Las defensas civiles lo saben, pero casi nunca tienen incidencia en la planificación de las políticas respectivas. as evaluaciones de impacto ambiental se hacen para algo, no pueden ser maquillaje o una formalidad. Pero, por favor no sigan urbanizando en humedales ni zonas anegadizas.

      - ¿Se trabaja de manera efectiva en la prevención?

      - La prevención es el patito feo de todo esto. Están queriendo desmantelar el Servicio Meteorológico Nacional, que es el que emite las alertas. Pero emitir la alerta es solo el principio. Tiene que haber un protocolo donde haya otras instituciones intermediarias con la ciudadanía, para que lleguen a acciones concretas al territorio y a las personas.

      - Por cuestiones políticas y de jurisdicciones cuánto más cerca estás de los problemas, en el territorio, más lejos estás de contar con los recursos adecuados.

      - El tema de lo interjurisdiccional en Argentina se transforma en un campo de guerra, digamos, no hay voluntad de solucionar el problema en sí, sino de sacar un rédito político o echar las responsabilidades para otro lado.

      - ¿Qué se debería hacer una vez superada la emergencia?

      - Primero no olvidarse de la inundación cuando pasó. Segundo, hacer cumplir el derecho a saber el riesgo que se corre en el lugar donde se vive. Tercero, confiar en la participación de la gente, no verla solamente como algo peligroso en términos políticos.

      - ¿Funciona la ley que establece el Sistema Nacional de Gestión Integral de Riesgos – SINAGIR- en la práctica?

      - La ley SINAGIR vigente – Sistema Nacional de Gestión Integral de Riesgos- está bien en general, pero no se cumple. Establece que el que dirige la emergencia es el jefe de gabinete y pone el eje en la gestión integral y no ya la emergencia. La gestión integral del riesgo aspira a preparar y prevenir, para tratar de minimizar los impactos.

      - ¿Cuáles deberían ser los ejes principales de una política de adaptación al cambio climático tanto en las ciudades y zonas periurbanas?

      - Aplicar el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al cambio climático y otras herramientas de planificación, que ya fueron elaboradas para el país, las provincias y los municipios.

      - ¿Cuáles son los eventos climáticos más preocupantes en relación a su capacidad de daño?

      - No es posible generalizar, habrá que verlo para cada región. Los eventos o señales climáticos son procesos propios de la dinámica del clima, en estos momentos afectada por el cambio climático. En cambio, la capacidad de daño está relacionada con las intervenciones de los distintos agentes sociales en el territorio que exponen personas, bienes e, incluso, a los propios ecosistemas a esos procesos.

      - Las catástrofes “naturales” tienen efectos materiales muy concretos...

      - No son sólo las pérdidas individuales de la gente, sino también el capital público en términos de infraestructura, servicios, equipamiento de toda clase, etc. No hay catástrofes naturales. Las causas y consecuencias desastrosas ocurren por la vulnerabilidad, que es el escenario real en el que se construye socialmente el riesgo.

      Señas particulares

      Claudia E. Natenzon obtuvo su doctorado en Geografía en la Universidad de Sevilla y trabajó como consultora para organismos internacionales y nacionales como el Consejo Federal de Inversiones, CONICET y Defensa Civil, entre otros, pero su mayor orgullo es ser profesora emérita de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, casa de estudios donde enseñó y ejerció como investigadora, porque es una distinción que otorgan los propios colegas por unanimidad.


      Sobre la firma

      Gustavo Stancanelli
      Gustavo Stancanelli

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