El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió este jueves en la Casa Blanca al jefe del gobierno de Alemania, Friedrich Merz, y prometió que ambos países tendrán una "gran relación", en medio de roces por sus posiciones respecto de la ayuda a Ucrania tras la invasión rusa.
El canciller alemán, que se vio por primera vez cara a cara con Trump en Washington, llega luego de haber coordinado con la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen varios temas, en especial en materia comercial.
Trump se reunió con Merz poco después de una conversación telefónica con el presidente de China, Xi Jinping, en una llamada "muy positiva", según la definió luego la Casa Blanca.
Uno de los temas centrales en la reunión entre Merz y Trump fue la guerra en Ucrania. Y el líder republicano pareció alejarse de la idea de terminar la guerra lo antes posible.
"A veces es mejor dejarlos pelear por un rato y luego separarlos", afirmó Trump. Añadió que había transmitido esa analogía al presidente ruso Vladímir Putin en su conversación telefónica del miércoles.
Trump aún dejó la amenaza de sanciones sobre la mesa. Dijo que podrían imponerse medidas tanto contra Ucrania como contra Rusia.
"Cuando vea el momento de que esto no para ... seremos muy, muy duros", expresó Trump.
En el encuentro con el canciller alemán también se habló de comercio y de la pelea por los aranceles que impuso el gobierno estadounidense a los productos importados de Europa.
En Alemania, país cuyo sector industrial representa una quinta parte del PBI, preocupan los aranceles al acero anunciados por Trump, que pasan del 25% al 50% para el acero y el aluminio a partir de este mismo jueves.
La industria química, otro de los sectores poderosos de la economía germana, también mira con preocupación la guerra comercial de Trump.
Más allá de los asuntos bilaterales y de la agenda internacional, el encuentro entre Merz y Trump tuvo su costado personal. El canciller alemán le regaló al jefe de la Casa Blanca un certificado de nacimiento de su abuelo paterno, Frederick Trump, que nació en 1869 en la actual Alemania.
Merz le entregó el documento, enmarcado, al comienzo de la reunión bilateral celebrada en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
Entre risas, el canciller destacó que el nombre de nacimiento del abuelo de Trump era Friedrich, al igual que el suyo, a lo que el presidente respondió señalando que se trata de un "nombre muy alemán".
"Muchas gracias, es precioso", expresó Trump, mientras recorría con la mirada las paredes del Despacho Oval en busca de un lugar donde colgar el cuadro.
Frederick Trump (18691918) nació en Kallstadt, que entonces formaba parte del Reino de Baviera. En 1885, con apenas 16 años, emigró a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades, como muchos alemanes de su generación.
Tras amasar una fortuna, el fundador de la dinastía Trump volvió a Kallstadt, pero en 1905 las autoridades le revocaron la ciudadanía porque había emigrado sin cumplir con el servicio militar obligatorio y regresó a Nueva York.
Donald Trump y el canciller alemán Friedrich Merz, este jueves en Washington. Foto: BLOOMBERG 
El certificado de nacimiento del abuelo de Donald Trump, enmarcado como regalo del canciller alemán. Foto. REUTERS 
