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      Crónica de una traición: cómo actuó el “entregador” de un plan que salió mal y terminó con la muerte de su compañero

      • El ex jefe de seguridad de Mr. Jones, en Mar del Plata, fue condenado a 14 años de prisión por ser considerado "partícipe necesario" del asesinato.

      Crónica de una traición: cómo actuó el "entregador" de un plan que salió mal y terminó con la muerte de su compañeroFernando Romito durante el juicio. Foto Diario La Capital

      Leandro Lele Gatti sale de Mr. Jones, el boliche donde trabaja como DJ en Playa Grande, Mar del Plata. Son casi las seis de la mañana del domingo 26 de septiembre del 2021. Está oscuro y se escucha el sonido del mar. En el playón de estacionamiento lo abordan dos personas en una moto Benelli, Luis Itzcovich, que maneja, y José Maximiliano Vergara, que viaja como acompañante. A metros de allí, al volante de un Renault Clío, les sirve de apoyo un tercer cómplice, Eduardo Urra Zapata.

      Con un arma, Vergara amenaza a Gatti y le pide su mochila, donde se supone que lleva la recaudación de la discoteca: de tres a cuatro millones de pesos. Lele se resiste, forcejea y recibe un disparo en el tórax. Luego, según la reconstrucción, los ladrones se darán cuenta de que equivocaron el blanco: en el bolso de Gatti no había dinero, sólo una computadora y elementos de trabajo como auriculares y cables...

      A poco de iniciada la investigación, la fiscal Andrea Gómez lo plantea sin titubeos: el robo había sido planeado con los datos aportados por el jefe de seguridad de Mr. Jones, Fernando Romito, sobre los movimientos de los empleados y la hora en que trasladarían la plata de la recaudación.

      El crimen provoca una conmoción en la opinión pública. Sergio Berni, ministro de Seguridad bonaerense, viaja a Mar del Plata el mismo domingo. Al día siguiente, el lunes 27, Itzcovich se entrega en la comisaría 9na de la ciudad balnearia. Romito cae diez días después en Houssay al 7600, cerca de su casa en Camet. A Vergara lo apresan un año y medio más tarde, en enero de 2023, en el barrio Belisario Roldán. Urra Zapata, quien esperaba en el auto, sigue prófugo.

      Una imagen de Lele Gatti durante su adolescencia.Una imagen de Lele Gatti durante su adolescencia.

      En mayo de 2025, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 3, integrado por los jueces Fabián Riquert, Juan Manuel Sueyro y Federico Wacker Schroder, consideró que Vergara e Itzcovich fueron autores de un "homicidio en ocasión de robo agravado por el uso de arma de fuego", mientras que Romito fue calificado como "partícipe necesario".

      Vergara fue sentenciado a 15 años de prisión, Romito a 14, y 13 y medio a Itzcovich. Más allá de las penas, Romito recibió la condena colectiva por una cuestión particular: trabajaba junto a Lele, se veían seguido y, por lo que determinó la Justicia, fue quien dio la información para diseñar el plan que derivó en el asesinato del DJ.

      Muchos trabajos, ningún oficio

      Rubio, con el pelo cortado casi al ras, de ojos claros y un metro noventa de estatura, Fernando Romito proviene de una familia de clase media. Hasta antes de ser alojado en la Unidad Penal 15 de Batán vivía con su padre: se había mudado con él para cuidarlo, ya que el hombre sufría de leucemia. "No sólo lo asistía", explica Paula Oviedo, abogada de Romito. "También lo acompañaba a Buenos Aires cada vez que debía hacerse algún chequeo médico".

      En una quinta cercana a Camet, su padre criaba y adiestraba perros de raza: tenía dos especialidades, el ovejero alemán y el bulldog francés. Su madre vive en Plaza Mitre, un barrio con chalets y edificios clásicos en el macrocentro marplatense. Sus padres estaban separados pero no divorciados, y mantenían una buena relación.

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      La secuencia completa del asesinato de "Lele" Gatti

      Además de acompañar a su papá en la tarea con los canes, a los 43 años Romito también intentó llevar adelante su propia peluquería. Pero el negocio no funcionó y tuvo que cerrarla. Los viernes y sábados, de 9.30 a 6 de la mañana, era jefe de seguridad en Mr. Jones, el boliche de música electrónica a metros del mar.

      "Hacía rato que Fernando trabajaba en seguridad", dice Aldo Miglioli, 45 años, compañero de Romito durante una temporada en Mr. Jones. "Antes de eso trabajamos juntos en los kioscos Da, de cigarrillos, golosinas y Pago Fácil... Así nos hicimos muy amigos: él me bancó en un momento muy difícil de mi vida y siempre se lo voy a agradecer".

      Con estudios secundarios completos, "Fer" o "Romi", como le dicen sus más cercanos, también había sido gestor y martillero. Con parejas eventuales, se había separado de la madre de sus dos hijos, con quienes tiene poco trato.

      "Con su ex mujer tuvo una causa judicial porque le debía dinero de la cuota alimentaria de sus hijos", explica Marcelo Savioli Coll, abogado de la familia Gatti. "Siempre fue un hombre duro, de la noche, habituado a hacer y recibir favores, y con el poder de decidir quiénes entraban y quiénes no al boliche".

      La madre y el hermano, herrero de oficio, prefieren no hablar sobre el caso.

      José Maximiliano Vergara, el tirador condenado a 15 años de prisión. José Maximiliano Vergara, el tirador condenado a 15 años de prisión.

      ¿El ex jefe de seguridad tenía problemas de dinero? Al menos no urgentes: era dueño de un auto y una moto... "Y algunos bienes a repartir con su madre y su hermano una vez que concluyeran los trámites de la sucesión: su padre había muerto a principios de septiembre de 2021, poco antes del crimen de Gatti", detalla Oviedo, su abogada.

      Pruebas en contra

      A la hora de condenar a Romito, el Tribunal consideró decisivo el relato de Itzcovich: "Acepté hacer este robo porque pocos días antes me había quedado sin trabajo: se me rompió la camioneta y no podía salir a cirujear", dijo. Y agregó que mientras pensaba cómo pagaría el alquiler y la comida, se encontró con dos conocidos, Vergara y Urra Zapata, que le propusieron hacer un "trabajo".

      En la misma declaración, Itzcovich le apuntó a Romito: contó que Vergara y Urra Zapata le explicaron que el robo "era una entrega de un muchacho de seguridad del boliche, que era algo fácil".

      "Yo sólo tenía que manejar la moto... Iba a ser como un arrebato. Me habían mostrado fotos del hombre que saldría con una mochila de cuero marrón con tres millones de pesos... Acepté porque nunca iba a tener esa cantidad de plata en mi vida... Me dijeron que sería a las seis de la mañana... El boliche cerraba a las cinco, pero entre que limpiaban las mesas y acomodaban las cosas, los empleados salían una hora más tarde para el lado del estacionamiento”.

      Según la hipótesis de la fiscal Gómez, Romito conocía a José Maximiliano Vergara, el tirador, algo que se habría confirmado porque el jefe de seguridad tenía en su teléfono celular el o del asesino.

      Romito declaró que tenía el número porque alguna vez había contratado a un hermano de Vergara, Claudio, para trabajar en Mr. Jones. Y que como no usaba celular, se comunicaban a través del teléfono de José Maximiliano.

      En el juicio, el fiscal Berlingeri presentó un audio que complicó la situación de Romito. "Pablo... robaron afuera... le pegaron un tiro a Lele... no querían robarle a él... Vos sabés lo que buscaban", le dijo el ex custodio a Pablo Giménez, su supervisor en la empresa de seguridad.

      Marcha pidiendo justicia por la muerte de Gatti (Foto: Christian Heit). Marcha pidiendo justicia por la muerte de Gatti (Foto: Christian Heit).

      El mensaje lo envió a las 7.03 de la mañana, minutos después del asesinato de Gatti. "Intentó arse con uno de los responsables de la seguridad del boliche porque se dio cuenta de que le habían disparado por error al DJ. Y dejó en evidencia que conocía cuál era el objetivo de los delincuentes", describe el fiscal Berlingeri.

      Luego de una pausa, agrega: "De ese mismo momento hay un segundo audio en el que Romito se comunica con la persona que vivía con Gatti. Le cuenta lo que pasó y le dice: 'Pero no era para él, quedate tranquilo...'. ¿Cómo sabía que el robo y el tiro no eran para Gatti? Cuando no se sabía nada, Romito ya sabía todo".

      La fiscalía también argumentó que el jefe de seguridad de Mr. Jones participó en la primera marcha para reclamar justicia no porque compartiera el dolor, sino como una forma de simulación, como si fuera uno más de los familiares o amigos de Lele, y de esa manera cubrirse.

      "Los peritos también detectaron que Romito tenía en su celular una foto con Itzcovich (el que manejaba la moto) y la borró poco después de esa noche", aporta Savioli Coll.

      Gatti tenía 31 años cuando fue asesinado.Gatti tenía 31 años cuando fue asesinado.

      En su declaración, Vergara aseguró que el plan era esperar a que Romito saliera del boliche con dos personas que llevarían el dinero en sus mochilas. "Yo debía mostrarles el arma, Romito se tiraría sobre ellos como cubriéndolos, y nosotros nos llevaríamos las mochilas".

      El plan falló porque quienes debían trasladar el dinero se retrasaron. "Estábamos saliendo de la pandemia... Aquella noche habían permitido que el boliche estuviera abierto una hora más. Entonces, en lugar de que salieran los socios con el dinero, como era habitual, primero salió Gatti... Los que estaban en la moto se confundieron y pasó lo que pasó... Pero nunca se planificó la muerte de nadie".

      "Sé que no tengo perdón de Dios", terminó Vergara, cuyo prontuario estaba manchado: en 2017 había sido condenado a cuatro años de prisión por homicidio culposo agravado: borracho, chocó la moto que manejaba y provocó la muerte de un joven que lo acompañaba. En Tribunales, también aseguró que tenía problemas de trabajo porque el puerto de Mar del Plata estaba "muy parado".

      Compañero pero no amigo de Lele

      Delgado, fibroso, Fernando Romito se vestía con elegancia para trabajar en la disco: camisa blanca, corbata negra, sobretodo del mismo color. También usaba aros con brillantes.

      Como parte de la empresa de seguridad Cup Forward, su tarea principal era custodiar la puerta y darle contención a alguna "presencia" que visitara la disco: modelos, cantantes, mediáticos, futbolistas... A veces había conflictos con gente que se excedía con el alcohol, especialmente en las "fiestas Bresh", o bajo los efectos de alguna droga sintética.

      El trato de Romito con los empleados de Mr. Jones, Gatti y el resto de quienes trabajaban allí -barmans y gente de limpieza, entre otros- era cordial pero distante, justamente porque otra de sus funciones era controlarlos: al terminar cada jornada revisaba sus mochilas para constatar que no se llevaran nada, sobre todo botellas de las bebidas más caras.

      Romito, tercero desde la izquierda, en la puerta de Mr. Jones, con compañeros de seguridad.Romito, tercero desde la izquierda, en la puerta de Mr. Jones, con compañeros de seguridad.

      "Fernando era un profesional de primera línea, estaba en todos los detalles", sigue su amigo Aldo Miglioli, que lo visita en la cárcel de Batán y le lleva "mercadería": comida, ropa... "Si hubiese tenido algo que ver con el crimen de Gatti, me lo habría dicho".

      El dolor de los padres

      Durante el juicio, el fiscal Fernando Berlingeri pidió una condena de 20 años para Vergara, y 18 para Itzcovich y Romito. En su alegato consideró a Vergara e Itzcovich coautores de “homicidio en ocasión de robo agravado por el uso de arma de fuego”. Al mismo tiempo, sostuvo que Romito fue partícipe necesario del crimen en el rol de “entregador”.

      Marcelo Savioli Coll, abogado de la familia de Gatti, pidió penas mayores: consideró que Vergara debía recibir 25 años de cárcel y sus cómplices, 21.

      Desconsolados, Miguel y Noemí, padres de Lele, esperaban prisión perpetua para todos. Por eso reaccionaron con enojo cuando el Tribunal leyó la sentencia. "Pedimos Justicia plena ante el aberrante crimen de nuestro hijo", aseguró Miguel. "Se fue a trabajar a las nueve de la noche y a las seis de la mañana nos avisaron que había sido asaltado y baleado por esta gente que mató a alguien como si fueran a tomar un café o a comprar pan. Es inconmensurable el dolor que produjeron estos asesinos. Lele era nuestro hijo adoptivo... Llegó a nuestras vidas con mucho cariño".

      "No sé cómo se hace para asomar la cabeza de las ruinas que provocaron después de enterrar a nuestro hijo", dijo Noemí.

      Paula Oviedo, abogada de Romito, sostiene la inocencia de su cliente. Según la defensora, el custodio "no tuvo nada que ver con el crimen", se trata de un "perejil, otro más de los que abundan en las causas judiciales", y le echaron la culpa de todo para "encontrar un responsable y acallar la presión mediática", justo en un momento "en el que se acercaban las elecciones legislativas" de 2021.

      -¿Dónde estaba Romito cuando le dispararon a Gatti?

      -Adentro de Mr. Jones.

      -Si su cliente no aportó la información, ¿quién fue?

      -Si Romito hubiera dado la información precisa, los que mataron a Gatti no habrían errado el blanco... De Mr. Jones el dinero lo sacaban dos personas en dos mochilas, y las custodiaba gente de seguridad. Y Gatti no tenía nada en su mochila...

      -¿Entonces?

      -Hay una línea que nunca se investigó: la persona que vivía con Gatti sufría adicciones... Puede haber tenido una deuda y armó un plan para robarle a Gatti. Y se ó con Urra Zapata, que a su vez conocía a Itzcovich y Vergara, los que llegaron en moto al playón. Acá hay algo turbio, sin dudas... ¿Cómo puede ser que, cuatro años después, Urra Zapata siga prófugo? Porque tiene os. Y mucho dinero... La justicia de Mar del Plata viene cayendo año tras año. Por eso pedí que el juicio fuera anulado. Y ahora voy a apelar para que Romito sea absuelto.

      -¿Y el o de José Maximiliano Vergara que encontraron en el teléfono de Romito?

      -Nunca existió un intercambio de llamadas entre ellos. Romito tenía su o porque Claudio Vergara, hermano del imputado, estaba en el grupo de empleados de Mr. Jones.

      -Pero hay audios de Romito que hacen pensar que sabía cuál era el plan.

      -Eso depende de la interpretación de cada uno... En el contexto en que se da esa conversación, ese audio tiene sentido. Menos mal que Romito no nació en los 60’ en los Estados Unidos. Si no hasta hubiera sido cómplice de la muerte de Kennedy...

      -También generó sospechas que Romito participara de la marcha en la que se reclamó justicia.

      -Eso se lo pidió por whatsapp la persona que vivía con Gatti, para que cuidara a los padres de Gatti y mantuviera lejos a los periodistas...

      Los días tras las rejas

      En Batán, Romito comparte celda con otros tres detenidos. Al principio la pasó muy mal: le dieron una fuerte golpiza por considerarlo parte de la "gorra" (en referencia a la Policía), como se considera a los que trabajan en tareas de seguridad.

      Con el tiempo, sin embargo, se convirtió en uno de los del Comité de Crisis del penal. Además ha vuelto a su oficio de peluquero. Recibe las visitas de su madre, su hermano, de alguna pareja y de su amigo Aldo. Si mantiene su buena conducta podrá pedir la libertad condicional en unos cinco o seis años, al cumplirse los dos tercios de la condena.

      "La vida en la cárcel, perniciosa, te despersonaliza... Y más en el caso de alguien como él, que no es un delincuente habitual", dice el abogado Savioli Coll. "Durante el juicio, en los traslados de Batán a tribunales, se lo vio frío, anodino, como si no le interesara nada, con la voz cascada... Y ahora también le falta un diente".

      Cuando el tribunal le permitió decir sus últimas palabras, Romito se mantuvo en su postura y señaló: "Lamento lo que pasó, yo le tenía mucho aprecio a Lele, fui el primero que lo asistió con un botiquín cuando cayó herido".

      "Los otros dos imputados, Vergara e Itzcovich, de alguna manera se reivindicaron al confesar y ayudar con la investigación", explica Savioli Coll.

      -¿Cómo estaba Romito el día que lo condenaron?

      -Se ausentó. Creo que se la veía venir. Y evitó las fotos saliendo esposado de tribunales.


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      Federico Ladrón de Guevara
      Federico Ladrón de Guevara

      Redactor de la sección Historias [email protected]

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