Alameda restaurante y pizzería
Pizzeria, sandwichería y cocina porteña.
Avenida de Mayo 1201, Monserrat, CABA.
Teléfono 1128245932
Horario Lunes a domingos, de 6 a 2 AM.
Instagram @alameda_restaurante
Existe un hilo conductor que une la gastronomía porteña con la Avenida de Mayo. El 31 de octubre de 1884 el Senado de la Nación aprueba la ley que autorizaba la realización del primer gran boulevard de la Ciudad. Treinta metros de ancho y un recorrido que empezaba en la Plaza de Mayo y terminaba en la Avenida Entre Ríos.
El primer paso concreto para eliminar la herencia arquitectónica urbana y colonial española. Un nuevo espacio majestuoso realizado bajo la mirada de un arquitecto italiano (Juan Antonio Buschiazzo) inspirado por las grandes arterias parisinas y madrileñas.
Dos extremos emblemáticos: la Casa Rosada y el Congreso de la Nación. En ese recorrido empiezan a aparecer establecimientos que hicieron la historia de la gastronomía de la ciudad. Pedemonte (1890), Café Tortoni (1894), Los 36 billares (1894), Bar Iberia (1897), Confitería El Molino (1917) London City (1954).
La historia de Alameda
En la cercanía abrieron sus puertas otros pesos pesados como El Imparcial, El Globo y el Bar Rivadavia que cambió su nombre por Café de los Angelitos. Atraídos por el evidente potencial de la zona empezó a proliferar una pequeña galaxia de pizzerías, confiterías y bodegones pensados para satisfacer la demanda de turistas y oficinistas de la zona.
Uno de estos lugares fue reinaugurado en el año 1994 por el “gallego” José Luis Fernández, un exitoso empresario gastronómico de la vieja escuela. Hoy su legado está en las manos de su hija Karina.

La propuesta gastronómica actual tiene dos grandes virtudes: no renunciar a su ADN y haberse acercado, sin temores, a la demanda contemporánea. El salón es grande. Los mozos, expertos. El servicio es rápido. El flujo de clientes es permanente. El público cafetero se entremezcla con el que almuerza y cena.
Qué comer en Alameda
La carta es amplia. Una de las protagonistas es la pizza (clásicas, de autor, rellenas y veganas). Las opciones disponibles son veinte y seis. Muy buena la variedad de tapeo. Diez alternativas en milanesas y seis en hamburguesas. Pastas caseras y platos de cocina completan la oferta.

Las empanaditas fritas de carne son doradas y sabrosas. Llegan a mesa en compañía de salsa criolla y otra de jalapeños, levemente picante. Buena combinación para empezar a estimular el apetito.
La fainá suma mozzarella, rúcula fresca y tomates secos en aceite. Buena reinterpretación de la clásica especialidad porteña. La pizza de rúcula y queso brie (generoso) ofrece una masa elaborada con paciencia. La textura mimada por la cocción a la piedra revela una fermentación larga y pausada. Resultado final muy agradable.
La milanesa fugazzeta especial es grande, dorada y crocante. Buen equilibrio entre carne y rebozado. La cubierta (gratinada) fusiona mozzarella, cebolla caramelizada y crocante, perejil picado y pimienta negra.

Las papas fritas bastón son acompañantes infaltables. El budín de pan (solo, con crema y/o dulce de leche) es confortable, húmedo y de textura espesa. Buena cafetería.
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