Julieta Poggio (23) alcanzó la popularidad tras destacarse como parte de la edición 2022/23 de Gran Hermano (Telefe) en lo que fue la gran vuelta del reality a la televisión argentina. No sólo se ganó el tercer lugar en la competencia, sino que también cosechó el cariño de millones de personas, que hoy siguen paso a paso su carrera.
Pero lo cierto es que antes de ingresar a la casa más famosa Juli Poggio ya tenía un nombre: acumulaba miles de seguidores en las redes, trabajaba como modelo y ya era actriz y bailarina.
Con el reality vino el estrellato y la posibilidad de que se le abran muchas más puertas: trabajos, marcas, eventos, propuestas... Pero también apareció aquello de lo que casi todos los influencers se quejan: el hate, comentarios negativos que supieron angustiarla en algún momento.
En diálogo con Clarín, Juli habla sobre cómo superó el "odio" de las redes, se sincera sobre sus momentos más oscuros y cuenta cómo se lleva con la fama y cómo trabaja en ella misma.
-Vos ya eras una artista, pero Gran Hermano te dio ese empuje de popularidad que, entre otras cosas, trajo aparejado el hate que te afectó bastante en un momento…
-Sí, por suerte hoy ya no. Casi un cero por ciento. No todos los días, pero la mayoría de las veces, por suerte, es como que ya entendí que le pasa a todos, que la exposición viene con esto, que es algo que es parte, que es muy pasajero también, como que puede llegar a durar uno o dos días y chau... la gente se olvida. Entonces, si tengo que aconsejarle a alguien que está pasando por un momento donde le afecta mucho el hate, le diría que en persona no hay persona que te vaya a decir lo que te puede llegar a escribir por redes, como que son personas muy cobardes.
-¿Y recordás cuál fue el comentario que por ahí más te marcó o más te dolió?
-Lo que más me dolía era más que nada cuando ya afectaba, por ejemplo, a mi familia o a mis parejas. No sé, como que cuando sobrepasaba lo que eran mis límites, ¿viste? Cuando creía que tenía que proteger a alguien. Porque, bueno, yo lo entiendo, yo decidí exponerme y todo, pero cuando llegaba a mi familia o lastimaba a alguien más que capaz no estaba tan acostumbrado, ahí sí me dolía mucho.

-Sin embargo, en Gran Hermano, fuiste finalista, eras uno de los personajes más queridos…
-Creo que también hubo mucho cariño, muchísimo. La verdad que de cuando salí recuerdo solamente cosas lindas. Después si vino como más un poco el hate, tenía más tiempo para leerlo… pero cuando apenas salí no podía creer la cantidad de gente que había apoyándome.
-Te escuché contar que en un momento estabas muy mal y llegaste a compararte con otras chicas, ¿eso era por el hate?
-Fue un momento que estaba mal de amores. Estaba media como enganchada y viste cuando no es, no es y bueno… Ya pasó, también por suerte ahora estoy de novia y re bien.
-Decís que ya no te importa tanto el hate, que aprendiste a sobrellevarlo… ¿Qué pasó durante todo este tiempo? ¿Cómo lo trabajaste?
-Bueno, por un lado el hacer terapia. La verdad que ir una vez por semana me ayudó un montón como también a diferenciar lo que era la Julieta de las redes y lo que la gente espera ver cuando me conocen, me saludan a lo que soy en la vida real. Porque tal vez algún día tenés un día malo o estás medio triste, bajón y capaz la gente espera verte como siempre con una sonrisa y a veces no se puede. Entonces la terapia me ayudó muchísimo. También el apoyo de mi familia que es incondicional, el de mis hermanas, de mi mamá, de mis amigos. Otra cosa que me ayudó también fue estar como siempre fiel a la gente que estuvo desde siempre, no a la gente nueva que va apareciendo en el camino y bueno, también saber quién es uno mismo, no dejarse llevar por lo que puedan llegar a decir sino tener mucha seguridad de lo que uno es y hace. A mí siempre me deja tranquila eso.
-¿Llegaste a dudar en algún momento de vos misma por esos comentarios?
-No, solamente me ponía mal, triste, sobre todo cuando vos estás un poco mal y te atraviesa más, pero si vos estás en un día que está todo bien y estás como teniendo una buena racha es como que te resbala más.

-Recién mencionabas que había una Julieta para las redes y otra que es la verdadera… ¿Qué diferencias había entre cada una? ¿Sentías que tenías que cumplir como un rol?
-Claro… Eso me pasaba mucho… Era como que sentía que tenía que estar en un papel. Como siempre estar bien, sonriendo, disponible, con tiempo para todos y capaz era como que no me daba el tiempo para mí o quizás para estar mal. Me di cuenta con el tiempo que pude aprender a diferenciar que no siempre tenía que estar feliz, sonriendo, disponible para el otro, como también darme mis tiempos y tener a las personas que estuvieron siempre, siempre cerca. No dejarme llevar tanto como por el afán de la gente que viene en un momento y que es como más pasajera.
-¿Sentís que en esto de la fama se te acercó mucha gente que tal vez antes no estaba y sentías como esa presión de tener que estar?
-Claro, como que se me acercaban por un personaje que yo era, quizás no me conocían realmente como yo era y me pasó como que sentí una presión de tener que demostrar algo todo el tiempo y cuando me di cuenta que no era necesario eso como que me relajé muchísimo más.
-¿Sentías que tenías que aprovechar el momento?
-Sí, obvio. En un momento todos me decían “tenés que aprovechar el momento, dale, dale, aprovechá, es ahora”. Y era como que yo sentía que se iba a terminar, que se iba a acabar y decía “no quiero que esto termine”. Y después hubo algo que me di cuenta con el paso del tiempo… Ya hace tres años que terminé con Gran Hermano y que fue el boom y todo y digo, "che, bueno, no se está acabando". Entonces, como también es una frase medio fea que se le dice a la gente eso de “aprovechar el momento”. Si vos tenés disciplina, talento, sos responsable con tu trabajo... eso es lo que se va construyendo.
-¿Y hoy cómo haces para elegir qué sí y qué no? ¿Aprendiste a decir que no o te cuesta?
-Bueno, me costó un poquito porque a mí me gusta mucho trabajar, como que no me gusta estar al pedo, soy capricorniana, me encanta también tener mis ahorros, comprarme mis cosas, no depender de nadie... Me compré un departamento, estoy muy contenta por ese logro, la verdad que a mí 23 años ser propietaria es una locura, es una oportunidad que tuve y que bueno, pude aprovechar… Y nada, eso, me gusta ser muy independiente, entonces como que al principio todo decía que sí, hasta que dije bueno quizás para trabajar con marcas más exclusivas hay que ser más exclusiva, entonces hoy en día intento mucho fijarme que todo vaya con una cierta estética, elegir lindas marcas, no agarrar todo por dinero nada más, cosas que también vayan con mis valores y todo.
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-¿Y te pasó alguna vez de meterte en algo que digas para qué me metí en esta o alguna experiencia medio fea de haber aceptado algo que no estaba bueno?
-La verdad que no, y si me pasa en un momento lo digo y me voy, o sea no puedo trabajar en un lugar donde no estoy cómoda.
-Tu mamá es tu manager, ¿ella también te ayuda en esas cosas?
-Obvio, me ayuda en todo. Ella me acompaña siempre. Antes de firmar cualquier contrato lo lee mi mamá. Me cuida también, no deja que nadie se sobrepase conmigo porque a veces al verte así como chiquita se quiere aprovechar, entonces es como que es diferente llegar a los lugares con tu mamá.
-¿Cómo te llevás con ella en esto de trabajar juntas? ¿Hay alguna rispidez?
-No, yo re bien, al principio fue más complicado porque era como que se nos mezclaba mucho lo laboral con lo personal, pero ahora aprendimos a llevarlo, tenemos horarios de trabajo, tenemos un grupo de Whatsapp donde hablamos solo de trabajo, los fines de semana no hablamos de trabajo, es como que aprendimos a acomodarnos.
-Fuiste muy valiente en reconocer y en contar que tuviste también momentos de angustia y de ansiedad…
-Fue un periodo bastante corto, gracias a Dios. Habrán sido, ponele, unos cuatro meses. Que era como que estaba haciendo un trabajo que siempre había soñado, algo que siempre quería, tenía un montón de cosas lindas que me estaban pasando en la vida y era como que nada de eso me llenaba. Era como que era insuficiente. Y era porque yo no estaba bien y no estaba pasando por un buen momento. Eso, mezclado también con un mal de amores que, obviamente, me afectaba un montón el tema de la autoestima… Y me costaba ponerlo en palabras porque yo siempre soy una persona que me gusta estar bien. O sea, cuando estoy llorando mal, es como que me maquillo, me arreglo y sigo para adelante y voy a trabajar. Nunca me quedo en mi casa llorando porque no me gusta. O sea, es algo personal. No digo que esté ni bien ni mal hacerlo. Obviamente, hay gente que necesita su momento para estar mal, pero yo siempre soy como de salir para adelante y me gusta estar bien y de buen humor. La mayoría de las veces estoy de buen humor.
-¿Cómo hiciste para ponerlo en palabras?
-Era como que no podía ponerlo muy bien en palabras porque nunca me había pasado hasta que un día armé un grupo de WhatsApp con mi familia y les dije que necesitaba ayuda, que no estaba bien, que antes de salir a escena del teatro, me ponía a llorar, que no sabía muy bien lo que me pasaba. Y ahí fue cuando empecé terapia y me ayudó un montón. La verdad que lo recomiendo un montón en la terapia porque todas las personas pasamos por un montón de cosas que está bueno verbalizar y sacarlas para afuera. Y cuando uno lo dice, es como que se sana para mí.
-¿Con qué tuvo que ver esa ansiedad?
-Tuvo que ver mucho con algo que pasó en mi vida que fue también ir muy de cero a cien, que pasen un montón de cosas nuevas. Mi vida que cambió 100%. Fue todo muy nuevo y muy fuerte y muy rápido y bueno, tuvo sus consecuencias. No sé muy bien con qué se relacionaba esto de que nada era suficiente… O sea sólo sé que yo no estaba como con mi esencia, no estaba con ganas de hacer cosas, estaba como media caída, pero no sé muy bien.

-¿Esto de armar el grupo con tu familia fue una decisión que te costó?
-No, porque mi familia siempre me apoyó toda mi vida desde que soy muy chiquita… mismo las veces que yo decía bueno quizás esto no es para mí, no quiero, quiero hacer otra cosa… Pero mi familia como que siempre me dijo “Juli, dale”. Y es nunca baje los brazos. Porque siempre que pasa algo, y hoy en día lo puedo confirmar 100%, que todo pasa por algo. Cuando se cierra una puerta hay otra cosa que te está esperando y me gusta ese mensaje porque es lo que a mí me pasó.
-¿Qué cosas haces hoy para cuidar tu salud mental?
-Rodearme más de gente buena. No dejo que haya como mala energía cerca mío. La detecto muy rápido y es como que no necesito ni decir nada que sola esas personas se alejan de mí. Hacer cosas que me gustan, estar con amigos, bailar, hacer ejercicio, hablar… Hablar siempre ayuda muchísimo, sacar todo para afuera ya sea con un amigo, con tu pareja, con un familiar, verbalizar las cosas que te van pasando y ser auténtica
Julieta Poggio: con quién tiene un mate pendiente y qué le diría a la Julieta de años atrás
-¿Te queda un mate pendiente con alguien?
-No, con nadie. De verdad, no tengo nada pendiente con nadie, me encanta siempre que tengo un problema con alguien decirlo en el momento y sacarlo para afuera y nunca tengo ningún resentimiento con nadie.
-Si pudieras tomarte un mate con la Nazarena de hace algunos años, ¿Qué le dirías?
-Que la felicito un montón, que todo llega, que está cumpliendo sus sueños y que nunca deje de trabajar por lo que quiere.
DD
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