La semana pasada Netflix estrenó El clon de Tyron, una comedia con un título que ya lo spoileaba todo. Qué decir de Unos suegros de armas tomar si -en el arranque del filme que produce Adam Sandler- la duda que tiene el futuro yerno de Pierce Brosnan es si los padres de su novia son o no son delincuentes.
Bueno, como es una comedia, tal vez lo más importante no sea que se revele ese dato -sí, sépanlo: Billy y Lilly, los personajes del ex James Bond y de Ellen Barkin son delincuentes-, sino que los diálogos y las situaciones planteen suficiente gama de bromas, gags visuales, originalidad, ingenio y gracia.
Vayan tachándolo todo.

La película empieza un poco a las apuradas, con Owen Browning (el comediante Adam Devine) enterándose de que los papás de Parker (Nina Dobrev) van a asistir a su casamiento. El no los conoce, sus futuros suegros siempre estuvieron viajando por lugares recónditos, pero sí, llegarán a tiempo para asistir a la boda.
La marca de Adam Sandler
El encuentro es imprevisto -lo sorprenden al novio cantando groserías, nada que extrañe en una película que lleve el sello de Adam Sandler en la producción-.
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