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      Marilyn Monroe: a 60 años de su muerte, el lado menos conocido del mito

      Marilyn Monroe: a 60 años de su muerte, el lado menos conocido del mitoMarilyn Monroe rodeada de iradores en una fiesta, en 1951. (Photo Graphic House/Archive Photos/Getty Images)

      Murió el 4 de agosto de 1962, en circunstancias aún confusas. Su pasión por la literatura, el arte y sus textos más íntimos.

      "El viaje termina aquí". La frase, escrita en latín (Cursum Perficio), en la puerta de entrada del 12.305 5th Helena Dr, en Brentwood, un barrio al Oeste de Los Angeles, dejó de ser una referencia cotidiana para convertirse en una eterna, el 4 de agosto de 1962. Ese día, la única habitante de la propiedad, Marilyn Monroe, murió en su dormitorio.

      El día siguiente amaneció con el verano californiano a pleno. Adentro de la casa, el cuerpo inerte de la actriz más icónica de todos los tiempos, yacía boca abajo en la cama y apenas cubierto por sábanas blancas. A su lado, frascos vacíos de Nembutal, pastillas sedantes, un teléfono descolgado. Y silencio. Tenía 36 años.

      Marilyn Monroe, posa para el fotógrafo Earl Theisen en la California de 1947. Foto: Theisen/Getty ImagesMarilyn Monroe, posa para el fotógrafo Earl Theisen en la California de 1947. Foto: Theisen/Getty Images

      La noche previa a su muerte se celebró una fiesta en la mansión sobre la playa de Peter Lawford, uno de los actores del llamado Clan Sinatra. Marilyn estaba invitada, pero prefirió no ir, se sentía cansada y se acostó temprano. Antes del amanecer, su ama de llaves llegó a la casa y la encontró sin vida.

      Sesenta años después, la muerte de Marilyn Monroe sigue rodeada de misterio. Aunque todo indica que Norma Jean (su nombre de nacimiento) se quitó la vida con un exceso de barbitúricos, las especulaciones continúan hasta hoy. Y hablan de conspiraciones que involucran al expresidente John Fitzgerald Kennedy, a su hermano Robert Kennedy, a la CIA, al FBI, a Frank Sinatra, a la mafia y a su propio psiquiatra.

      La investigación de la muerte de la actriz reveló datos curiosos: la casa de Brentwood estaba sembrada de micrófonos (que fueron encontrados recién en 1972 por nuevos propietarios), lo que alimenta la versión conspirativa de que la diva era espiada, y que la presión que recibía por parte del poder político de los hermanos Kennedy, que fueron sus amantes, la "empujó" a su trágico final.

      Imagen de la cama donde Marilyn Monroe amaneció muerta, en su casa de Brentwood, Los Ángeles, California. Foto AFPImagen de la cama donde Marilyn Monroe amaneció muerta, en su casa de Brentwood, Los Ángeles, California. Foto AFP

      Otro dato, menos conocido y mucho más agradable, es que la morada de Marilyn estaba repleta de libros. En su biblioteca se hallaron 461 ejemplares, entre ellos, Crimen y castigo, de Fiodor Dostoievski; Ulises y Dublineses, de James Joyce; Madame Bovary, de Gustave Flaubert; Hubo una vez una guerra, de John Steinbeck, y Fiesta, de Ernest Hemingway.

      Además había textos de Truman Capote, Jean Paul Sartre, libros de filosofía, de arte y de psicología, entre otros. Monroe también leía mucho sobre historia, especialmente sobre Abraham Lincoln, el decimosexto presidente de los Estados Unidos. "Me interesaba todo sobre él. Era el único estadounidense famoso que se parecía más a mí, al menos por su desdichada infancia", explicó alguna vez la actriz.

      Pero además, en aquella casa habia varios cuadernos con anotaciones tipo diario íntimo. Uno de ellos desapareció poco después de la muerte de la actriz. Sin embargo, muchos de sus apuntes sobrevivieron, como mensajes en botellas tiradas al mar, con reflexiones y poemas que dan cuenta de un costado poco conocido de Marilyn.

      En esta foto proporcionada por Weingrad & Weingrad vemos a Marilyn en Los Ángeles en julio de 1962. Foto Bert Stern/APEn esta foto proporcionada por Weingrad & Weingrad vemos a Marilyn en Los Ángeles en julio de 1962. Foto Bert Stern/AP

      "Socorro, socorro, / socorro. / Siento que la vida se me acerca / cuando lo único que quiero / es morir" escribió, casi anunciando su triste final, harta de que el mundo la mirara embelesado, pero casi nadie se animara a amarla tal como era y más allá de su belleza abrumadora.

      "Me gustaría estar / muerta -absolutamente no existente- / ausente de aquí, de / todas partes pero cómo lo haría / Siempre hay puentes", escribió en otro poema.

      "El puente de Brooklyn / me encanta ese puente (todo se ve hermoso desde su altura y el aire es tan limpio) al caminar parece / tranquilo a pesar de tantísimos / autos que van como locos por abajo. Así que / tendrá que ser algún otro puente / uno feo y sin vistas -salvo que / me gustan en especial todos los puentes- tienen / algo y además / nunca he visto un puente feo-", describía Marilyn.

      Consciente de ser parte de la maquinaria de la industria cinematográfica más poderosa del mundo, la actriz se consideraba a sí misma un bicho raro en ese universo de pura apariencia, fantasía y presiones.

      En su autobiografía, My Story, se preguntaba: "¿Por qué soy una inadaptada en Hollywood">