El biólogo chileno Eugenio Berríos soñaba con acabar con Buenos Aires en un par de horas. Berríos no alardeaba; podía destruir la capital argentina o cualquier otra gran ciudad del mundo en un corto tiempo con su recreación del gas sarín. Eso lo contó Mariana Callejas a este corresponsal en Santiago hace como diez años cuando la mujer buscaba promocionar una muy mala novela suya y terminaba hablando de una de las operaciones de inteligencia y destrucción más delirantes que se hubieran pergeñado en Latinoamérica.Callejas conocía de lo que hablaba. Es la ex mujer de Michael Townley, el agente de la CIA que asesinó al ex canciller chileno Orlando Letelier y organizó los atentados contra el general Carlos Prats y el ex vicepresidente Bernardo Leighton. En el amplio sótano de la casa del matrimonio Callejas-Townley de la Vía Naranja 4925, del elegante barrio de Lo Curro en Santiago, Chile, Berríos desarrolló el gas sarín y otros gases letales.erríos murió sin poder cumplir con su sueño. Apareció muerto en la playa de El Pinar, a unos 30 kilómetros de Montevideo, el 13 de abril de 1995. Lo último que se sabía de él es que tres años antes, en diciembre de 1992, se había presentado en una comisaría de ese mismo balneario escapando de un comando que lo mantenía secuestrado. La policía lo entregó de inmediato a quienes lo custodiaban.Nunca se pudo determinar si permaneció secuestrado esos tres años. Lo que sí se sabe es que había sido sacado subrepticiamente de Chile cuando un juez lo citó a declarar por el caso Letelier. A Uruguay habría entrado entre abril y mayo de 1992 acompañado por dos agentes de la inteligencia chilena.Operación Andrea fue el nombre que le pusieron los agentes de la DINA al desarrollo de los gases letales. Al frente de la operación estaba Townley, y Berríos era el jefe técnico. El propio Townley declaró que en abril de 1976 presentaron el fruto de sus investigaciones a sus superiores. Habían logrado fabricar los gases soman y tabun y el neurotóxico sarín.Callejas asegura que lo probaron primero en unos perros y luego en un burro. Después se supo que lo habían utilizado también para matar al agente público Renato León y al alto funcionario español de la CEPAL, Carmelo Soria.En su declaración al fiscal estadounidense Eric B. Marcy, Townley confesó que cuando viajó a Washington para matar a Letelier llevó varios dispositivos electrónicos para fabricar una bomba y un frasquito de perfume Chanel N 5 que me había dado mi esposa (Callejas) y que había llenado con sarín. El gas inyectado puede simular un paro cardíaco.erríos siguió trabajando en otros proyectos y se cree que estuvo algún tiempo en la temida Colonia Dignidad de los nazis alemanes en el sur chileno. Para entonces ya era latente el conflicto con la Argentina y no se cansaba de decirles a los militares pinochetistas que él sabía cómo destruir Buenos Aires en dos horas.
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