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      Aumento a jubilados: Milei está lejos de poder vetar

      Después de la sesión de Diputados, lo que más preocupa al gobierno es cuán lejos quedó el oficialismo del tercio de bancas necesarias para vetar el paquete previsional.

      Aumento a jubilados: Milei está lejos de poder vetarJavier y Karina Milei, junto al ministro de Economía Luis Caputo.

      La señal que más preocupa al gobierno después de la sesión de Diputados es cuán lejos quedó el oficialismo del tercio de bancas necesarias para vetar el paquete previsional.

      En las 5 votaciones del paquete lo más que pudo juntar el para rechazar los proyectos de la oposición fueron 100. No impidieron el batacazo que festejó el peronismo: la reposición la moratoria previsional que había quedado derogada por el gobierno.

      En las otras cuatro votaciones el voto negativo estuvo entre los 67 y 69 votos, bien lejos de los 85 que forman el tercio ideal sobre los 257, necesario para el veto del presidente.

      Este revés estacional del gobierno tiene motivos de circunstancia, remediables si los responsables de construir el voto se ocupasen con esmero y eficiencia. Limita su función que no tienen personería para trabar acuerdos o cumplir promesas.

      También hay causas que afloran de la estrategia electoral del gobierno, que afecta sus movimientos en todos los frentes de gestión. La marca La Libertad Avanza reclama precedencia en las listas de todo el país para sus candidatos (en general dirigentes de segunda selección) por encima de los de las fuerzas que le aseguran la sobrevivencia en el Congreso, como el PRO y la UCR.

      Macri: los reyes magos son los padres

      Que el gobierno no haya ganado ninguna votación en la sesión obedece a que esas fuerzas declararon la libertad de acción a sus diputados y le sacaron el respirador a LLA. Fue clarísima la señal que recibió el mileísmo de la abstención de espadas del sector macrista del PRO en cuatro de las cinco votaciones del paquete previsional.

      El PRO busca un frente airoso en varios distritos, el más importante en Buenos Aires. Mauricio Macri reapareció el fin de semana para un maratón de reuniones con sus legisladores. Tres de ellos, identificados de manera indiscutible con Macri, exhibieron su diferenciación con el ala mileísta del bloque que representan los bullrichistas como Silvana Giudici y el negociador oficial Cristian Ritondo.

      El trío María Eugenia Vidal, Silvia Lospennato y Luciano Laspina encabezó la abstención de muchos más en cuatro de las cinco votaciones previsionales como una muestra al gobierno de lo mal que le puede ir si les sueltan la mano en el Congreso. Esa posición puede extenderse a una veintena de diputados del bloque PRO sobre un total de 35.

      Una amenaza con red, porque el gobierno promete el veto. Pero si el gobierno ha quedado tan lejos del tercio necesario para el veto, se hace más necesaria la sociedad con los bloques amigos. Ese servicio ya lo prestaron cuando Milei vetó el año pasado leyes de financiamiento universitario y de reforma previsional con la ayuda de los bloques del UCR y el PRO. La instrucción lima la jefatura de Ritondo, porque también hay un mensaje para él: negociá para todos.

      Todo enviado a pactar vuelve como agente doble. Macri está condenado a moverse como que Ritondo ya no tiene retorno. El piso que el macrismo reclama a LLA para un eventual frente electoral en distritos en donde son competitivos contra el peronismo es: 1) que el PRO por lo menos pueda renovar las bancas que pone en juego. 2) que haya claridad sobre qué hará LLA en CABA, adonde el PRO salió tercero en las elecciones del 18 de mayo.

      Entregan todo, menos a Karina

      El oficialismo aplicó más energía a frenar la constitución de la comisión investigadora del CriptoGate, que logró intervenir con un burócrata de la cámara que responde al oficialismo que no quiere que se investigue nada. Esa comisión está empatada 14 a 14 merced a un ardid de bloques rearmados a la carta para asegurar más representación para quienes rechazan esa pesquisa.

      Martín Menem se esmeró con éxito para impedir que la cámara designase un presidente de esa comisión por el voto del plenario. Le atribuyen la misión de Olivos de impedir, al costo que sea, que esa comisión, o el recinto, cite a declarar a Karina Milei, mencionada en el relato periodístico del caso.

      Para algunos es un eslabón débil de la trama como para que responda lo que quieren saber los diputados por su falta de recursos políticos y dialecticos como para responder, por ejemplo, por qué su hermano Javier declaró que lo habían engañado. O que por lo menos diga quiénes lo hicieron y las razones para haber ocultado su identidad.

      Cristina renovó el riesgo político

      Es comprensible que el gobierno se ocupe de evitar cuanto sea posible el retablo de ver a su hermana y a su ministro de Economía en la vidriera de una pesquisa sobre un caso que se ventila en otros países.

      La semana no fue feliz por la confirmación de Cristina candidata. Esa noticia abrió el mismo frente que complicó a Mauricio Macri en 2017, el riesgo político que significa la vigencia de Cristina.

      Para Macri fue una de las cuatro plagas a las que atribuye su caída en ese año, junto a la sequía, el fly to quality de las inversiones de los emergentes hacia los EE.UU. por la llegada de Trump, y la causa Cuadernos, que dinamitó el sueño de una Argentina recuperada por las PPP (proyectos de Participación Público-Privada) al ahuyentar la inversión extranjera.

      Esa noticia se suma al revés legislativo en el tema jubilaciones, un reclamo predilecto de los ayatolas de la ortodoxia. La suerte judicial de Cristina puede ser un factor de inestabilidad sumado a la debilidad de origen del gobierno y su resistencia a buscar apoyos políticos, disfunción que ilustra su negativa de discutir un presupuesto, no tener integrado el órgano de control que es la Auditoria General de la Nación, y una relación ríspida con la Suprema Corte.

      Estos nervios renuevan proyectos como la ampliación de la Corte, un DNU que el gobierno consultó esta semana con la oposición para reformar la AGN aumentando de 6 a 8 los auditores, pero con cuatro o cinco años de mandato. En lo institucional, después de un cuarto de siglo, puede repetirse el escenario de un gobierno débil con el presidente de la principal oposición entre rejas por un fallo judicial.

      Acaso haya sido uno de los factores que aceleraron la caída de De la Rúa. En 2001 la prisión de Menem era un problema para el peronismo y también para De la Rúa, sin posibilidad de apalancar su gestión con esa oposición en crisis. La eventual prisión de Cristina podría ser un problema para el peronismo, pero también para Milei. Espejismos de la historia.

      La moratoria de UP salió por otras abstenciones

      La resurrección de la moratoria impidió que la cámara tratase el dictamen del bloque de Encuentro Federal que había informado Nicolás Massot para compensar los aportes realizados quienes no alcanzaron a cumplir los requisitos para jubilarse. Este proyecto de proporcionalidad quedó en carpeta y Massot dijo que insistirá en presentarlo.

      La vuelta de la moratoria fue producto de la aprobación más finita del jueves, 110 a 100, pero con 15 abstenciones de fuerte color político que alimentaron la victoria de Unión por la Patria. Massot había advertido a su bloque sobre la eventualidad de que se aprobara la moratoria.

      Horas antes de la sesión dijo tener calculado que contaba ya con 107 votos y que el gobierno no daba señales de molestarse para impedir que saliese. Como si lo buscase, aunque pagando el costo en la opinion, para después lucirse ante los mercados con un veto.

      Un riesgo, de ser eso cierto, porque después tendrá que ir a buscar los votos para sostener el veto a los partidos que reclaman posiciones airosas en las listas, como el PRO y la UCR. También los buscará en los gobernadores que también declararon libertad de conciencia al momento de votar, y permitieron el quórum cómodo de 134 bancas con las que arrancó una sesión que el oficialismo intentó desbaratar.

      Entre esos abstinentes hubo varios integrantes del radicalismo "blue" que anima el mano-loustosismo (por Manes y Lousteau) y varios federales del bloque de Miguel Pichetto como Emilio Monzó, Florencio Randazzo y Alejandra Torres. Monzó está en la lista negra del mileísmo y le negaron el pan y la sal para ser auditor.

      A Manes lo prepoteó mal Caputo Jr. en un puente de la vía, diría Borges -ocurrió en un pasillo del palacio-. A la Lic. Torres le cobraron su voto contra la ley de Bases despidiendo del Anses a su marido, Osvaldo Giordano a quien todos saludan con el hombre más sabe de jubilaciones en la Argentina.

      De paso, el 23 de junio Guillermo Francos tiene turno para hablar en un almuerzo de la Fundación Mediterránea que preside Giordano. Torres y Giordano orbitan en el planeta Schiaretti, adonde buscan querencia los abstinentes Manes y Randazzo. Pero en la política líquida todo prescribe a las 24 horas.

      La larga sombra de los Menem

      Hubo debates urgentes entre los bloques para itir la intervención de la comisión por un "coordinador" que será Adrián Pagán, secretario Parlamentario de la cámara. Es un funcionario de planta en quien todos los sectores confían, pero no es diputado.

      La tregua se negoció en el privado del "Bajo Recinto" y en algun palco lateral entre los bloques (Oscar Agost Carreño de Encuentro, Silvana Giudici del PRO, Maxi Ferraro de la Coalición, Carl Carrizo de la UCR “blue”, Paula Penacca de UP, Gabriel Bornoroni y Nicolás Mayoraz de la LLA) después de que Martín Menem se convenciese que un tratado de derecho parlamentario que escribió su padre Eduardo le daba la razón a los diputados que reclamaban la legalidad de que el recinto aprobase la designación de presidente de la comisión por mayoría simple.

      Lo corrió Agost Carreño con el libro en la mano: "Se trata de una cuestión muy clara - dijo el secretario del bloque Encuentro - que está en el libro de su padre, señor presidente, a quien yo iro mucho, porque es un gran parlamentarista. La verdad es que la última versión actualizada de su libro es muy interesante. ¿Qué nos dice sobre las mociones? (…) “Por nuestra parte...” –el autor Menem–“...adherimos a este criterio debido a que las mociones no necesitan fórmulas sacramentales para ser planteadas (...) "Al tener como una de sus funciones la de hacer observar el reglamento, parece obvio que el presidente es el que realiza su interpretación en primera instancia. Pero en caso de plantearse alguna duda sobre la inteligencia de algún artículo, es la Cámara la encargada de resolverla, previa la pertinente discusión (artículo 228)”.

      Se rindió Martín cuando advirtió exasperación en los bloques de la oposición. Un diputado de alta transversalidad tuvo la ocurrencia, avanzado el debate que llevo casi tres horas, de consultar a otros bloques si se animaban a tratar sobre tablas la destitución de Menem (h) de la presidencia la Cámara. Nadie se prendió. El Congreso, aunque lo desprecie el gobierno, lo apoya de onda: no ha querido juicio político, ni citarla a Karina, ni tocarle a Martín Menem de un cargo que tiene por cortesía hacia un gobierno de minoría.


      Sobre la firma

      Ignacio Zuleta
      Ignacio Zuleta

      Periodista y consultor político

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