Si la tiroides funciona mal, suele hacerse sentir. La enfermedad que la afecta con mayor frecuencia es el hipotiroidismo, por la que la glándula produce menos hormonas de las que debería. Y eso se traduce en síntomas de lo más diversos que incluyen desde cansancio y falta de concentración hasta cambios en el peso, caída de cabello, irritabilidad y baja en el deseo sexual, entre muchísimos otros.
La función principal de la tiroides, situada en la base del cuello y con forma de escudo (de allí proviene su nombre, Thyreos: escudo y eidos: forma), es producir hormonas que regulan cómo el cuerpo usa la energía. Es una especie de torre de control o directora de orquesta de muchos procesos metabólicos y de las hormonas vinculadas a ellos.
"Uno no se imagina todo lo que hace la tiroides, cuánto influye en nuestro cuerpo", dijo a Clarín Erika Abelleira, médica de la División Endocrinología del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires. "Desde regular el metabolismo, el nivel de energía, cómo comemos, cómo mantenemos nuestra temperatura, el ritmo cardíaco, la capacidad de concentrarnos, el estado de ánimo, el crecimiento de pelo y las uñas", ejemplifica, sin intención de agotar la lista de funciones en las que interviene.
Con esa explicación suele recibir a los pacientes que llegan a su consultorio. Son mayoritariamente -aunque no exclusivamente- mujeres, porque la enfermedad tiroidea es mucho más frecuente en el sexo femenino.
Los síntomas más comunes que las llevan a la consulta son el cansancio y los cambios en el peso, comentó Abelleira.
A veces -comentó- llegan directamente al consultorio de endocrinología porque en algún lugar leyeron que los síntomas que padecen pueden estar relacionados con un trastorno en la tiroides, o derivados por un médico clínico o de cabecera, que detecta una alteración en las hormonas tiroideas medidas a través de un análisis de laboratorio.
Las enfermedades que afectan a la tiroides se encuentran entre los trastornos endócrinos más comunes, solo superados por la diabetes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Tanto el hipotiroidismo -por lejos más frecuente- como el hipertiroidismo (cuando produce más hormonas de las que debería), se dan en aproxidamente del 1% al 2% de la población, aunque más de la mitad de quienes los padecen viven sin diagnóstico.
"Los síntomas de hipotiroidismo clínico son muy inespecíficos y muchas veces se confunden con la cotidianeidad. Los de hipertiroidismo clínico, en general, son mucho más evidentes, e incluyen temblores, palpitaciones, aumento en la frecuencia de las deposiciones, nerviosismo", explica Fabián Pitoia, jefe de la Sección Tiroides en la División Endocrinología del Clínicas.
Detectar y tratar los problemas que la afectan a esta glándula es fundamental para evitar que interfieran en la calidad de vida, advirtieron Abelleira y Pitoia, que en el marco del Día de la Tiroides (que se conmemoró el 25 de mayo), organizaron en el Hospital de Clínicas una jornada de concientización abierta a la comunidad.
Tiroides: problemas de función y de forma
El hipotiroidismo y el hipertiroidismo son dos alteraciones en la función de la tiroides. Pero hay otra patología frecuente, que no está relacionada con el funcionamiento, si no con la morfología de la glándula: los nódulos.
"A nivel mundial, se estima que 6 o 7 de cada 10 personas tienen algún nódulo en la tiroides. Eso no significa que tengamos que hacer ecografía a todos los pacientes, porque si no enfermaríamos a pacientes que tal vez nunca van a tener ninguna manifestación de eso", aclaró la médica.
¿Quiénes deben consultar?
Lo especifica Pitoia: "Siempre que haya antecedentes familiares de disfunciones tiroideas (hipo o hiper) ya que son enfermedades con predisposición hereditaria, en los casos de que aparezca un bulto en la base del cuello (bocio o nódulo tiroideo) o cuando por hallazgo incidental, se encuentre un nódulo tiroideo".
También, añadió Abelleira, ante la duda que puedan generar ciertos síntomas compatibles con trastornos tiroideos que no se expliquen por otro motivo.

"A todos los pacientes les vamos a indicar un laboratorio, que es lo que nos permite saber si su tiroides funciona bien. Es necesario sí o sí un análisis, porque hay síntomas que no son muy específicos", precisó. "Además, en la consulta endocrinológica palpamos el cuello. De esa manera podemos ver si hay un aumento de tamaño de la glándula tiroides o nódulos."
La mayoría de las disfunciones tiroideas, explican los especialistas del Clínicas, son fácilmente diagnosticables con un simple examen de sangre (midiendo las hormonas TSH y T4 libre).
Y tienen tratamiento efectivo. En el caso de tener hipotiroidismo, el endocrinólogo indica consumir la hormona sintética levotiroxina en comprimidos. "Se toma a la mañana, todos los días y en general es un tratamiento de por vida, porque la tiroides dejó de funcionar y hay que reemplazarla. Se adecúa la dosis a cada paciente y hace su vida totalmente normal tomando todas las mañanas un comprimido", afirmó Abelleira.
En cambio, en personas con hipertiroidismo, es un poco más complejo. Se prescribe un bloqueante de la hiperfunción tiroidea como el metil mercapto imidazol o también con la istración de yodo radioactivo.
Nódulos tiroideos: cómo se detectan
Los nódulos tiroideos suelen descubrirse frecuentemente de forma accidental durante estudios realizados por otros motivos (una tomografía de tórax, un ecodoppler de vasos de cuello, por ejemplo), sostienen los especialistas.
¿Y la ecografía? Pitoia afirma su uso rutinario no está indicado en la población general porque se encontrarían alteraciones morfológicas mínimas que no impactan en la vida del paciente.
"No le pedimos ecografía a todos. Pedimos primero el laboratorio, vemos si el laboratorio está bien o no. Y obviamente si en la consulta palpamos algo que nos llama la atención, ese paciente va a tener una indicación de una ecografía tiroidea", dijo Abelleira.
"Si hiciéramos ecografía a todos los argentinos, a 6 o 7 de cada 10 le encontraríamos algún quiste en la tiroides que mida 2-3 milímetros y que nunca va a tener ninguna implicancia clínica. Pero al detectarlo, a esa persona la estamos enfermando, porque a partir de diagnosticar un quiste en la tiroides, cada tanto se va a tener que hacer una ecografía tiroidea. Por eso hay que ser muy cuidadosos en relación a quiénes solicitamos una ecografía", planteó la médica.
"Laboratorio para todos, porque de esa forma sabemos si funciona bien o no. Ecografía, depende", resumió.
Los nódulos, por lo general, no dan síntomas. "Cuando son muy grandes -alrededor de cuatro centímetros- y en función las características que muestre la ecografía, puede ser necesaria una punción y biopsia. La mayoría (entre el 90 y 95%) son benignos", tranquilizó.
Cáncer de tiroides en alza, pero con buen pronóstico
A escala global, los casos de cáncer de tiroides se encuentran en aumento, pero las tasas de mortalidad se mantienen estables, según refiere un artículo publicado en 2024 en Archives of endocrinology and metabolism, en el que participó Pitoia.
En Argentina, produce más de 4.200 casos nuevos al año, según las últimas estimaciones de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC). Si bien afecta a ambos sexos, en las mujeres es el quinto más frecuente. A nivel local su incidencia también está en alza, (ocupa el noveno puesto de los tipos más frecuentes), pero su mortalidad es baja (en las estadísticas ocupa el puesto 22, el 0,46% del total de las muertes por cáncer).

Los tumores malignos en la glándula pueden ser de varios tipos, "la mayoría con buen pronóstico, aunque esto depende mucho del tipo específico de cáncer y de qué tan avanzada esté la enfermedad al momento del diagnóstico", sostuvo el médico.
Mujer y tiroides
A lo largo de la vida, la mujer experimenta distintos cambios hormonales que pueden afectar el funcionamiento de la tiroides y los problemas se expresan generalmente ligados a su ciclo reproductivo.
"La tiroides, por ejemplo, regula el ciclo menstrual y según la cantidad de hormonas tiroideas, los períodos pueden ser muy escasos, prolongados o irregulares. La enfermedad de la tiroides también puede causar amenorrea (falta de menstruación). Y en algunos casos puede afectar también los ovarios y causar el cese del período menstrual antes de los 40 años (menopausia prematura)", advirtió María Delia Pelletier, especialista en bioquímica endocrinológica del área sueros en Labmedicina.
Las dificultades para lograr un embarazo también pueden estar relacionadas con un problema de tiroides "por lo que se recomienda que toda mujer con problemas de fertilidad o que esté embarazada requiera un chequeo tiroideo para evaluar si la glándula trabaja en forma apropiada", agregó.
Y pasada la menopausia también se incrementa el riesgo de disfunciones tiroideas, cuyos síntomas pueden confundirse con los típicos de esta etapa de la vida.
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